Al mal tiempo, buena caña

Caña de cerveza

En tiempos de incertidumbre, es bueno tener certezas.

En estos días de crisis generalizada, nos podemos ver privados de algunas cosas, pero la mayoría de nosotros tenemos claro que no renunciamos al pequeño placer cotidiano de tomar una cerveza y unas tapas.

Así pudimos constatarlo en la presentación de la encuesta «BARometro de la crisis«, elaborada por Quota Research para Cerveceros de España, que tuvo lugar en la cervecería Santa Bárbara de Madrid, con la presencia de Jacobo Olalla Marañón, Director General de Cerveceros de España.

Los datos son muy significativos: en un momento en el que 9 de cada 10 ciudadanos reconocen que el consumo se ha visto afectado por la situación económica, más del 60% asegura no haber prescindido de la costumbre de tomar unas cervezas. Incluso habiendo tenido que renunciar a ciertos planes, como ir a conciertos, al teatro o al cine como medidas de ahorro, 6 de cada 10 entrevistados admiten no haber renunciado a tomar una cerveza a pesar de la crisis.

¿A qué se puede deber el que ir de cañas sea la opción de ocio no gratuita a la que el 90% de los encuestados nunca renunciarían, por delante de salir a cenar fuera o las excursiones de fin de semana?

Probablemente la clave esté en que irse de cañas va mucho más allá de beber cerveza; es un momento para disfrutar de la compañía de amigos o familiares, compartiendo otras muchas cosas además de la caña y las tapas: conversación, información, emociones, inquietudes…

Ese aspecto tan social que tiene la cerveza  en nuestro país hace que la mayoría (73%) siga prefiriendo los establecimientos hosteleros para disfrutar de esta bebida y además, servida preferiblemente con una tapa (64%).

Veraneantes de ciudad

Nuestro capacidad para viajar o salir de vacaciones también se ha visto afectada por la crisis. De hecho, desde 2009 se ha duplicado el número de españoles (42% en 2012) cuya economía les obliga a permanecer en su lugar de residencia.

Estos «veraneantes residentes» aprovechan el tiempo libre para vivir su ciudad de una forma más relajada, casi como turistas y en consecuencia, el plan de quedar con amigos para tomar unas cañas ha ganado adeptos. Si en 2009 solo el 8% de los encuestados lo elegían como su plan favorito en caso de no viajar fuera, en 2012 estos ya son un 44% del total.

«Estos datos prueban el fuerte arraigo en la cultura española de la cerveza como una bebida que, consumida con moderación, nos ayuda a combatir el calor, nos permite compartir buenos momentos con amigos y familia, y para muchos constituye ya su único lujo», afirma Jacobo Olalla Marañón, director general de Cerveceros de España.

No sin mi caña

Además, con la llegada del calor el ocio cambia; para la mayoría no es tiempo de ir al cine ni de copas, y se prefiere estar más en la calle, lo que explicaría que más de la mitad de los encuestados admiten ser tan fieles a las cañas en esta estación como durante el resto del año.

Y tampoco hay crisis que pueda romper el idilio entre la cerveza y el aperitivo: constituye la bebida favorita en ese momento del día para 9 de cada 10 españoles. Lo que sí ha variado es la frecuencia: mientras que hace tres años más de la mitad (51%) de los encuestados salían a tomar el aperitivo al menos una vez por semana, ahora sólo el 36% mantiene esa asiduidad.

Resumiendo: en tiempo de crisis sabemos que, por el precio de unas cañas, creamos momentos para disfrutar de cosas como la amistad o el cariño de la familia, que no tienen precio.