Historia cervecera: La pilsener lager

En España tenemos por costumbre disfrutar de la cerveza, con dos dedos de espuma, servida a baja temperatura para que sea lo más refrescante posible, con sabor a lúpulo, una graduación de alcohol no superior a los 6 grados, acompañado de algo de comida y siempre en compañía.

En este sentido, la cerveza más común es la tipo Lager. Técnicamente, está caracterizada por una fermentación más pausada con levaduras especiales (de fermentación baja) y que suelen ser almacenadas en bodegas durante un determinado período a baja temperatura –5-10⁰C–con el fin de limpiar las partículas residuales y estabilizar sus sabores. De hecho, este proceso de almacenamiento es la que le da nombre: lager significa “almacenar” en alemán, tierra donde se encuentran sus orígenes.

Así, el tipo de cerveza más popular del tipo lager y la que reúne todas estas características es la Pilsener. Hoy os contamos su historia:

Este tipo de fermentación nace en Baviera en el siglo XV apodándose lagerbier que sería la denominación exacta utilizada hasta finales del siglo XIX para identificar a las cervezas que habían sido fermentadas a baja temperatura y que habían sido sometidas a un proceso de almacenamiento en bodegas subterráneas.

Tal proceso se lograba mediante la excavación de bodegas, llenas artificialmente con hielo de los lagos y ríos próximos, con el objetivo de mantener las bajas temperaturas de la bebida fermentada durante los meses más cálidos. Así funcionaría su proceso hasta principios del siglo XIX, cuando un cervecero llamado Gabriel Sedlmayr, cuya familia regentaba una cervecera en la época, hizo una gira por Europa para mejorar sus conocimientos en la materia donde utilizó algunas artimañas de espionaje industrial-cervecero recolectando en Gran Bretaña –en aquel momento tenían gran fama el proceso malteado de los británicos– pequeñas muestras de mosto fermentado de las distintas fábricas que visitaban que luego les permitiría desarrollar dos nuevos tipos de malta y de cerveza.

La nueva reformulación se expandió por Europa y a mediados de siglo de la mano de Anton Dreher, compañero de Gabriel durante sus incursiones por Europa y cuya familia regentaba una cervecera en Viena, llegó a la capital austríaca con el aliciente de que, con el agua de Viena, se permitía el uso de maltas más ligeras, creando una coloración final de tono ámbar-rojizo.

Sería esta receta la que se iría pasando de ciudad en ciudad, hasta llegar en 1842 a la ciudad de Pilsen donde Josef Groll, cervecero, hizo su propia versión empleando una malta diferente y agua local. El resultado sería una bebida fermentada más suave de sabor que la de Baviera y Viena, además de tener un color dorado y brillante.

Se le denominaría a este nuevo tipo Pilsener y se expandiría rápidamente y con gran éxito al resto de los países europeos hasta convertirse hoy en día en uno de los tipos de cerveza más populares de todo el continente.

Armonías de cine

¿Qué tienen en común San Sebastián y Venecia? Además de ser probablemente dos de las ciudades más fotogénicas de Europa, ambas se convierten en ciudades cinematográficas durante este mes. Efectivamente, septiembre es época de festivales de cine, pero también puede seguir siendo – recordad que el verano termina oficialmente el 21 de septiembre – tiempo de disfrutar del cine de verano. Un plan al que muy a menudo le sigue otro no menos apetecible, como es el de destripar o ensalzar, entre cervezas, la película. Pero, ¿y si, en lugar de hablar de cine entre cañas, imaginásemos armonías entre variedades de esta bebida y películas?

La lager Pilsen es una cerveza ligera y refrescante, como la historia de tres primos que vuelven al pueblo de sus vacaciones de la infancia para recuperar los mejores momentos de aquella. Recuerdos de otros veranos, planes de futuro, confidencias embarazosas… Pocas cosas no se comparten entre unas cañas, más aún si les sumas la compañía de esos amigos de toda la vida, sean o no primos.

 

 

Una lager especial pide a gritos una comedia sofisticada, una historia que transcurra en Nueva York, una chica con los ojos grandes y una debilidad especial por las joyas de Tiffany”s. En la vida siempre hay algún momento en que te sientes Holly Golightly o un joven escritor en busca de su musa. Momentos en que todo es más intenso sin dejar de ser alegre: los paseos por la ciudad, las tiendas de regalos o, por qué no, el sabor de una cerveza.

 

 

La lager extra se caracteriza por ser una cerveza muy sabrosa, con cuerpo y personalidad, determinadas por la malta tostada; pero, sobre todo, se trata de una cerveza con un final de boca largo y un amargo intenso y agradable. Como intensa y amarga es la relación entre Meryl Streep y Robert Redford a los pies de las colinas del Ngong. El sabor de una lager extra perdura en el paladar como lo hace en el recuerdo la imagen de Karen Blixen y el cazador Denys Finch-Hatton sobrevolando en una avioneta los paisajes de Kenia. Menos mal que para disfrutar de esta cerveza no hay que viajar hasta África.

 

 

Decía Pessoa que «no hay metafísica en la tierra como el chocolate» y, sin ánimo de cuestionar al escritor luso, estamos convencido de que habría cambiado su frase si hubiese conocido la armonía entre chocolate negro y la cerveza negra stout. Un descubrimiento que tampoco le habría venido mal a Lasse Halstrom, director de Chocolat. Y es que cualquiera de los postres elaborados por Juliette Binoche maridan con la cerveza negra y su gusto a regaliz y frutos secos.

 

 

Esta es sólo una pequeña muestra de las numerosas armonías entre dos mundos de infinitas posibilidades y matices: cerveza y cine. Por cierto, ¿y tú, con qué película acompañarías una cerveza de abadía? ¿Y una de trigo?

Menú de verano contra el calor

Ya hemos dicho muchas veces que contra el calor, no hay nada como una cerveza bien fresca… por eso queremos proponeros un estupendo menú de verano maridado con diferentes variedades de cervezas. Nosotros lo probamos en la Librería A Punto de Madrid (Centro Cultural del Gusto) de la mano de la experta gastronómica Sara Cucala que nos ayudó a encontrar las mejores armonías, esperamos que a vosotros os sirva de inspiración para disfrutarlo en vuestra terraza favorita, si puede ser, ¡al lado de la playa!

Lager Pilsen con…

Trilogía de sopas frías (gazpacho, ajoblanco y remolacha)

Las notas herbáceas y el retrogusto amargo de la Lager Pilsen armonizan a la perfección con los vinagres de los gazpachos. El ácido del tomate, el punto de dulzor de la remolacha e incluso esa fusión entre ajo y almendra se resalta con el primer trago de este tipo de cerveza y su personal sabor a heno, a la cebada.

Gazpachos-con-lager-pilsen-y-lager-especial

Lager especial con…

Ensalada de varias lechugas, foie micuit y manzana
Caballa en escabeche con verduritas encurtidas

Las cervezas del tipo Lager especial recogen en el gusto y postgusto notas de cereales tostados e incluso un ligero matiz a ahumados y regaliz. Es una cerveza redonda en boca y muy aromática. Todas estas propiedades la ponen a la cabeza como una de las preferidas para maridar con escabeches y encurtidos. Hace que los amargos y ácidos se equilibren gracias a los tostados del cereal; y también al ser suntuosos en boca se convierte en una ‘pareja de hecho’ deliciosa para un buen foie.

Cerveza de abadía con…

Hamburguesa de ternera con mahonesa de mostaza en grano, cebolla encurtida, canónigos en pan de brioche. Acompañado de ensalada de aguacate y tomate; y chips de patata nueva

Hamburguesa-con-cerveza-abadía

Con mucho cuerpo, aromáticas y con deliciosas notas frutales, son cervezas de trago lento que dejan un postgusto seco. Estas características las hacen ideales para platos contundentes de carnes rojas como la hamburguesa de ternera. La mostaza aporta un punto de acidez.

Stout Negra con…

Bombones de chocolate (negro con pimienta rosa, curry y chile)

A caramelo, café, chocolate fundido… La cerveza negra recoge un abanico de notas aromáticas muy sorprendentes y golosas, por eso es el trago perfecto para acompañar chocolates puros bien especiados. Por sorprendente que resulte la stout negra es un estupendo trago para poner el broche final a una comida.
¡Que aproveche!

Cerveza y música: una amplia gama

Cerveza y música

Cada momento de tu vida tiene una música diferente, ¿a que sí? No sólo hablamos de épocas con banda sonora, también de que cada momento de tu día a día pide su propia canción. Porque no es lo mismo escuchar jazz de día que de noche o reggaeton en la discoteca o a las 8 de la mañana camino del trabajo. Tu estado de ánimo, la compañía, el lugar en el que estés escuchándola harán que te apetezca más un estilo que otro.

También existe una amplia gama de cervezas que puedes maridar a la perfección con cada momento de tu día a día. Y como nos encantan la música y la cerveza, nos hemos dado licencia para que se nos vaya esta entrada de las manos y vamos a intentar proponeros una variedad de cerveza para cada estilo de música, ¡a lo loco!:

Hay canciones que podrías escuchar mil veces seguidas. Siempre apetecen porque suenan a verano, amigos, risas y diversión. Como esa cerveza fresquita y rubia, del tipo Lager Pilsen, la que siempre apetece. Música y cerveza refrescantes y ligeras.

(“Funketon”, de Efecto Pasillo, una de las candidatas a “canción del verano”)

Pero la conversación empieza a ponerse interesante y a coger cuerpo, y la música que acompaña a ese momento ya no puede ser la misma. Porque a ti y a tus amigos os apetece más saborearla, comentarla, “¿has oído su último disco?” “¿en qué festival tocan?”. Como esa cerveza que quieres degustar cuando ya has calmado la sed, una lager especial o extra, con más matices y aromas, más intensas.

(“Little talks”, de Of Monsters and Men)

Y das con alguien que entiende de música. Y te habla de nuevos temas, de grupos que nunca habías escuchado y te enseña a descubrir en sus notas algo más que el postureo de conocer grupos que poca gente más conoce. Como en las cervezas, cuando la fermentación, la intensidad y las tonalidades van subiendo, y no se trata de conocer nombres o marcas, ¡sino de disfrutarla! Notas frutales para una cerveza bock o una ale… ¡marchando!

(“Little lion man”, uno de los temas más conocidos de Mumford and sons)

Porque para gustos: colores, sonidos y sabores. Y si a ti hay una música o una cerveza que te gusta, que nadie te venga con cuentos. Música dulce, sabrosa y seca, como la cerveza de abadía.

(“Across 110th Street”, de Bobby Womack)

Y para esos momentos intensos, en los que te apetece paladear música o cerveza con cuerpo, intensa, robusta. De esa que sabe a regaliz y dejan buen sabor de boca. Música y cerveza negra stout o de trigo para ocasiones especiales.

(“Ain´t got no”, de Nina Simone)

¿Qué música escuchas cuando conduces? ¿La radio? Esos cd´s con remixes que rescatas de tu guantera… ¡merecen un homenaje!. Cualquier música que escuches en el coche irá siempre al ritmo de los molinos de viento que ves mientras conduces ¿te habías fijado? Que sepas que después de haberlo leído no podrás dejar de fijarte. Música y cerveza versátiles. Para la carretera, y aquí no hay duda, la única variedad que armoniza a la perfección, es la sin.

(“Molinos de viento”, de Mägo de Oz)

Tanta música y cerveza como momentos para disfrutar.