Coleccionismo cervecero (III)

Grifos

Siempre decimos que para disfrutar de una cerveza perfecta es fundamental elegir el recipiente adecuado. Y es que el recipiente sí importa. Por eso queremos cerrar esta serie de coleccionismo cervecero hablando de ellos, los recipientes.

El recipiente sí importa

Vaso

A pesar de que siempre insistimos en que la cerveza se debe servir en un recipiente de cristal fino

porque permite percibir mejor el brillo y el sabor de la cerveza, y que hay que huir de las jarras de cristal o cerámica gruesas, las jarras son unos de los objetos más codiciados entre los coleccionistas cerveceros.
También hay recipientes de vidrio muy populares. En España los más habituales son el vaso de globo y el vaso medio de boca ancha, además de las jarras. Dada la escasa variedad de formatos, la principal diferencia radica en el serigrafiado, que normalmente reproduce la marca de cerveza o en series limitadas que las distintas cerveceras comercializan coincidiendo con el lanzamiento de una nueva marca o la conmemoración de un aniversario.
Además de los recipientes, aunque menos populares, encontramos otra pieza fundamental del coleccionismo cervecero, los grifos. Sin ellos no sería posible disfrutar de una caña de barril. Esa caña bien tirada, fresca, con su dedo de espuma… ¡y ese primer sorbo de cerveza que es uno de los pequeños grandes placeres que alegra nuestro día a día!

Grifos cerveceros

Actualmente la mayoría de los grifos son metálicos, aunque en alguna cervecería todavía se pueden encontrar los grifos de cerámica. Los de madera, muy comunes cuando comenzó a comercializarse la cerveza en barril, ya son casi exclusivos de algunas colecciones. Y del mismo modo que con los recipientes, la principal diferencia entre los grifos radica en la marca de cerveza impresa en estas piezas.
Para terminar os dejamos con una selección de algunas de las piezas más apreciadas por los coleccionistas cerveceros. Si queréis saber más, os animamos a sumergiros entre las páginas de ‘El libro de oro de la cerveza’ (Ed. Turner).