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En septiembre, planes mil
El mes de septiembre significa volver a la rutina y volver a los hábitos que dejamos aparcados durante las vacaciones de verano: madrugar, llevar a los niños al colegio, el atasco para llegar a la oficina, preparar comidas y cenas… Pero también es el mes de los planes: me podría apuntar a clases de inglés para mejorar el nivel, me podría apuntar al gimnasio para ponerme como Chuck Norris, me gustaría salir a correr por las mañanas, voy a comprarme un laboratorio para cocinar de manera tan innovadora como Ferrán Adrià, me gustaría hacer cosas diferentes los fines de semana… Por ello, ¡os proponemos varias opciones para empezar en septiembre una nueva rutina!
Intercambios de idiomas
Para todos nosotros, una de las grandes prioridades es mejorar el nivel de idiomas. La opción más clásica es apuntarse a una academia, pero, como nos aburrimos un poco, al final lo acabamos dejando por planes tales como: salir al bar con los compañeros de trabajo, ir al gimnasio, o el mejor de todos, ir a casa a descansar porque llueve y hace frío.
Pero hay una opción más divertida y con la que conocer gente interesante: Hacer un intercambio de idiomas en un bar. Hay muchos hablantes nativos que estarán encantados de aprender español sentados en la mesa o en la barra, alrededor de una caña, y de paso ayudarte con su idioma. Seguro que al comienzo dirás barbaridades, pero poco a poco irás mejorando.
Cocinar
Muchos de nosotros entramos en pánico cuando tenemos que freír un huevo o poner unas patatas en la sartén. Yo personalmente creo que es un deporte de alto riesgo, los huevos los carga el diablo.
También nos ocurre mucho que, mientras estamos cocinando, suceden cosas impresionantes que nos quitan la atención de lo que estábamos haciendo. Es en ese momento cuando deviene la desgracia:
Para evitar que se te queme el filete y destruyas el mundo os proponemos la siguiente idea: ¿Y si le propones al dueño de tu bar, que hace ese menú tan rico, que organice unas jornadas de cocina? Muchos bares ya lo hacen, y han tenido bastante éxito. Así podrás aprender a cocinar y mientras pasas un rato divertido con tus amigos. ¡Incluso podrías aventurarte a hacer una receta con cerveza!
Senderismo y/o montañismo
Los gimnasios están muy bien, pero les falta ese toque que le da la naturaleza y el aire libre. Por suerte en España tenemos lugares maravillosos donde hacer ejercicio y disfrutar de unas vistas inigualables.
En la entrada de hoy os proponemos un lugar no tan conocido, pero con paisajes impresionantes para pasar el fin de semana. En el norte de Palencia, muy cerca del muro y de Invernalia, encontramos el parque natural Fuentes Carrionas y Fuente Cobre- Montaña Palentina. En invierno hace tanto frío que sólo la guardia de la noche habita los pueblos de la zona, por lo que no esperéis encontrar muchas aglomeraciones. Sin embargo, lo que sí podréis encontrar son montañas y bosques por los que pasear, para después daros un buen festín de gastronomía del lugar, acompañado de una buena cerveza y mejores vistas. Parece un plan legen-dario.
¿Y si nos vamos de vacaciones en septiembre?
Hacer cola para poder desayunar, correr para encontrar un sitio donde poder poner la toalla en la playa, reservar restaurantes con 10 meses de antelación, salir 6 horas antes porque sabes que encontrarás atasco en la carretera o tomar el aperitivo en una terraza por la que pasa más gente que en la avenida más transitada de Nueva Delhi. Sí, señores. Todo aquel que se va de vacaciones en pleno agosto sabe que se encontrará con este panorama. Así que si lo que te apetece es ir de vacaciones huyendo de las grandes multitudes, ¡septiembre es tu mes!
La idea no es mala. Además, en verano muchas empresas tienen jornada intensiva. Nadie nos obliga a coger vacaciones en agosto. Y en septiembre tendremos el mismo calor. Estos días estamos teniendo la prueba de ello y septiembre parece el nuevo mes de julio. Los días despejados y misma cantidad de monumentos. Con una diferencia: mucha gente se habrá incorporado a sus trabajos, por lo que podréis caminar por la calle sintiéndoos los reyes del lugar. Todo estará abierto para vosotros, las playas tendrán la cantidad de gente precisa que les da el toque perfecto a vuestra foto. Y lo mejor de todo, en los bares y restaurantes os atenderán como es debido. Es más, como no habrá tal saturación, la cerveza os la servirán en esas copas que tanto nos gustan, y no en esos vasos donde la bebida queda desvirtuada porque no tenían otro recipiente. Esos vasos han provocado más de un divorcio, y lo sabéis.
Si eres de los que piensa: “Ya, pero la gente se va de vacaciones en agosto porque en septiembre llueve y hace frío”. ¡NO SEÑORES, NO! Lo estáis comprobando, de hecho, ¿no tenéis la sensación de tener un radiador de fuego encima de vuestra nuca estos días? Te podrás remojar en playa cual garabancito.
A veces, no son los árboles los que no nos dejan ver el bosque, sino que la gente no nos deja ver la ola que nos va a dar un revolcón. Para evitar esto, y para dar envidia a todos los amigos que se fueron de vacaciones en agosto, hicieron mil colas y ahora están trabajando mientras vosotros podéis estar tumbados en la arena escuchando el ruido del mar y nada más, os decimos que sólo os separa del paraíso un: “¿Y si nos vamos de vacaciones en septiembre?”
¡Brindemos por los afortunados que cogen vacaciones en el mes de la vuelta al cole!
La oficina contraataca
Despertarse porque el sol te da en la cara, porque ya no tienes más sueño… así han empezado muchos días durante las vacaciones. No existían horarios, vivías sumido en la anarquía, vestías siempre sin complicaciones, con el bañador y chanclas; la ducha se había convertido en un elemento del pasado, comías donde querías, alargabas las sobremesas lo que creías oportuno, y nunca deseaste que esa rutina terminara. De hecho habías mejorado tanto en tu nivel de fútbol playa que estabas pensando en ganarte la vida así. Pero, un día eso se acabó.
Te encuentras volviendo a casa, al trabajo y a la rutina y es inevitable pensar: “¿Qué voy a hacer ahora? ¿Qué voy a hacer cuando suene el despertador? No sé si podré soportarlo.”
¡Que no cunda el pánico! Tenemos la solución perfecta para que esta vuelta no sea tan traumática. Termina esa primera jornada laboral y sal a tomar un par de cervezas para contarle a tus amigos cómo las vacaciones te han abierto un nuevo mundo. Después de este descanso parece que tu creatividad se ha despertado y es el momento idóneo en el que más ideas de futuro se te ocurren. Emprender en algún nuevo negocio, una empresa, que si quiero montar un chiringuito en una playa de las Bahamas porque ahí sí que se vive bien, y un sinfín de utopías que seguro que se te vienen a la cabeza durante estos días.
Porque todas esas ideas de cambio de vida vienen debido a golpe que supone volver a la rutina. Al volver a tu trabajo ves que tienes infinitas tareas acumuladas, una bandeja de entrada repleta de correos, el paseo mañanero con tu perro se adelanta unas cuantas horas, y por la ventana ves que todavía hace un tiempo ideal para estar en la playa…
Por eso, el salir a tomar una cerveza con los amigos ayuda a no romper con la rutina que con tanta facilidad habíamos abrazado durante las vacaciones. Esas tardes de terraceo, cañas y aperitivos serán un pequeño oasis en medio de tanto trabajo. Y, es más, te incorporarás a tu trabajo con la mejor de tus sonrisas.
Y en ese momento, cuando esté superado el síndrome postvacacional, veremos que, esa vida de anarquía y bañador todo el día no era vida era, una locura. No era para nosotros. Porque al final, la rutina con cerveza siempre sabe mejor.
Pide una cerveza y plántale cara al calor
Sal a la calle y sal feliz, cantando, con una sonrisa de oreja a oreja para disfrutar del último mes de verano. Porque aunque las tiendas llenen los escaparates con abrigos oscuros, las televisiones anuncien a bombo y platillo la vuelta al cole y el uno de septiembre empiece a ser una realidad, todavía no es tiempo de sacar las botas de agua del armario. Entramos en la recta final ,sí, pero al verano le quedan muchos rayos de sol con los que iluminar los días, ponernos morenos y guiarnos hasta el chiringuito de moda.
Con temperaturas de 30 grados, ¿quién se resiste a bañarse en la piscina, tumbarse en la playa, disfrutar de la tranquilidad de las ciudades vacías o del bullicio de los pueblos en fiestas? Los días de sol también son perfectos para ir al parque del barrio y, bajo un árbol, devorar el libro que teníamos pendiente y, si encima estamos de vacaciones, también podemos planear un road trip por la geografía española. Con tantos planes veraniegos por delante, es obligatorio llevar en la mochila el kit de ‘Los Indispensables’ para poder disfrutar al máximo los días de verano.
Esencial: la crema solar, las gafas de sol y el abanico o, en su defecto, la revista que acabas de comprar en el quiosco. ¿Echas en falta algo? ¡Claro que sí! La cerveza. Hecha de lúpulo, malta y, principalmente, de agua, es una de las bebidas indispensables para sobrevivir a los últimos coletazos de calor. Una cerveza bien fresca en tu terraza favorita es el mejor remedio para hidratarnos y refrescarnos durante la época estival. Si no lo crees, pregunta a los andaluces, los españoles que soportan temperaturas altísimas y los que más cerveza consumen. Ellos sí saben cómo quitarse el calor.
Así que después de un día en la piscina, de un largo paseo, de una jornada en la playa bajo el sol o, simplemente, porque te apetece, coge el teléfono, llama a los amigos e id a visitar a vuestro camarero preferido. Una vez acomodado en la terraza y en la sombra, relájate, pide una caña y plántale cara al calor.
Es tiempo de cervezas
Como cada año, a finales de septiembre le damos la bienvenida al otoño y no es tarea fácil porque lo que en realidad nos gustaría a la mayoría es estirar los últimos rayos de sol y con ellos el verano, ¿a que sí?… Sin embargo, esta estación también tiene muchos encantos y uno de ellos está relacionado con nuestra bebida favorita. Y es que a finales de septiembre es la época de recogida del lúpulo, el ingrediente que aporta a la cerveza su característico sabor amargo. Hoy os vamos a contar cómo es este proceso y os daremos un motivo más para afirmar que en otoño también es tiempo de cervezas.
LA FLOR DEL LÚPULO
La lupulina es la parte de la flor que se emplea en la elaboración de la cerveza y que le da su característico sabor amargo, además de aportar otras propiedades, antioxidantes fundamentalmente, y contribuye a la estabilidad de su espuma, a la conservación y al frescor de la cerveza.
Para la elaboración de la cerveza sólo se cultivan las flores femeninas y se utilizan antes de que sean cultivadas.
En España se cultivan cuatro variedades, de las que tres se consideran “super amargas” (Nugget, Magnum y Columbus) y una cuarta (Perle) pertenece a la categoría de aromáticas. La práctica totalidad de la producción nacional se cultiva en la comarca del río Órbigo en León.
LA RECOLECCIÓN DEL LÚPULO
Durante el primer año, la planta del lúpulo sólo requiere un grado suficiente de humedad en el terreno. En el segundo año, en primavera se poda para que empiecen a crecer los nuevos brotes y en la primera quincena de mayo se procede al entutorado, un proceso por el que se seleccionan seis tallos de entre todos los brotes y se desecha el resto. Así la planta acelera su ritmo de crecimiento y alcanza su altura máxima en junio.
SEPARADO Y SECADO DE LA FLOR
Una vez se recoge la cosecha en septiembre, las flores deben procesarse lo antes posible para evitar que se deterioren. En esta fase las flores se separan del resto de material vegetal en pequeñas explotaciones “caseras” donde colabora toda la familia.
Tras el separado, la flor se somete a un proceso de secado, por métodos tradicionales, para quitar el exceso de humedad.
ENTREGA Y CONSERVACIÓN DEL LÚPULO
Después del secado, el lúpulo se almacena en las instalaciones de la S.A. Española de Fomento del Lúpulo (SAEFL), de la que los cultivadores de la zona de Carrizo de la Ribera son socios. La SAEFL recoge, pesa e identifica el lúpulo de toda la comarca, que será analizado en un laboratorio en las propias instalaciones. Finalmente, se extrae la lupulina en “pellets” o comprimidos.
Para garantizar las propiedades del extracto del lúpulo, se envasa al vacío y almacena en las propias instalaciones en neveras-almacén.
Y PARA TERMINAR… UN POCO DE HISTORIA
El origen del cultivo del lúpulo se remonta a 4.000 años a.C. El pueblo babilonio ya cultivaba el lúpulo para elaborar una bebida llamada “sikar”. También se cree que era uno de los ingredientes del «soma», bebida sagrada de la India.
En un primer momento el lúpulo era una más del conjunto de hierbas aromatizantes que se utilizaban para dar sabor a la cerveza. Su uso se generalizó en el siglo IX por razones de higiene y de conservación.
La primera prueba de la producción de lúpulo en nuestro país data de la Edad Media. Del siglo XV son las flores de lúpulo talladas en el friso ornamental de la Capilla del apóstol Santiago de la Catedral de León. Actualmente la ribera alta del Órbigo es prácticamente la única zona de España donde se cultiva esta planta
Lúpulo, el sabor de septiembre
Septiembre tiene un sabor especial, y es que durante este mes se lleva a cabo la recolección del lúpulo, uno de los ingredientes que dan alma y sabor a nuestra bebida predilecta.
Esta semana nos adentramos en el mundo del lúpulo en un viaje por las tierras de León donde se halla cerca del 98% de la producción total del lúpulo en España. Así, vemos que el lúpulo no solo es el ingrediente que aporta personalidad a la bebida, también es el eje en torno al cual gira la economía de una hermosa región: la Ribera del Órbigo. Una excelente escapada para esta época del año.
Pero empecemos por lo básico:
¿Qué es el lúpulo?
El lúpulo es una planta trepadora cuyo origen lo encontramos en las tierras de oriente, concretamente en Japón.
Se ha empleado desde hace más de 2.000 años para la fabricación de cerveza debido a su actuación como agente estimulante de la levadura de malteado, su función como conservante natural y su sabor amargo que sirve para equilibrar el dulzor de la malta, dando lugar al sabor y aroma característico de la bebida.
Hoy en día resulta sorprendente imaginar una cerveza sin amargor, pero hasta que empezó a utilizarse el lúpulo, allá por el siglo XI, la cerveza era dulzona y espesa.
La flor del lúpulo, con una forma que recuerda a la de una piña, es también la responsable de su intenso aroma, además de contribuir a la estabilidad de la espuma, esa corola blanca, espesa y consistente, que caracteriza a una cerveza bien servida.
Lúpulo, cerveza y salud
Al margen de su sabor y aroma, el ácido del lúpulo proporciona estabilidad antibacteriana y se ha demostrado que la humulona, presente en los ácidos del lúpulo, inhibe la absorción ósea y por lo tanto ayuda a prevenir la osteoporosis; así mismo la humulona reduce la formación de nuevos vasos sanguíneos evitando la proliferación de tumores y detiene el crecimiento descontrolado de células endoteliales, que aumentan el riesgo cardiovascular.
Por otro lado, los polifenoles, antioxidantes naturales, presentes en el lúpulo nos protegen de la acción perjudicial de los radicales libres y por tanto ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares y el envejecimiento.
León y el cultivo de lúpulo
Contando con una cultura cervecera como la que tenemos en España no es de extrañar que ocupemos el sexto puesto europeo en producción de lúpulo y el décimo a nivel mundial con 33 localidades y 52.000 hectáreas dedicadas a su cultivo.
Como muestra de la estrecha relación entre la historia del lúpulo y León, en la Catedral de León se pueden encontrar unas flores de lúpulo talladas en el friso ornamental.
Es en la provincia de León donde se concentran el mayor número de localidades dedicadas al cultivo de esta planta y es aquí donde nos encontramos con la localidad de Carrizo de la Ribera donde se realiza cada año la Feria del Lúpulo y tiene su sede la Sociedad Española para el Fomento del Lúpulo
Cervecear visitó el año pasado esta localidad para vivir de primera mano la recolección de esta materia prima tan especial y pudimos disfrutar de la calidez de sus gentes y observar de primera mano un proceso de un proceso fascinante, sabedores de que esa cosecha propiciará muchos momentos alrededor de una cerveza durante todo el año.
Os invitamos a despedir el verano y dar la bienvenida al otoño recorriendo este hermoso rincón de España, en torno a Carrizo de la Ribera, y vivir más de cerca el proceso de cultivo y recolección del lúpulo, ingrediente importante de la cerveza y de la vida de muchas familias, a las que recordaremos agradecidos cada vez que saboreemos una buena cerveza.