Cerveza y música: una amplia gama
Cada momento de tu vida tiene una música diferente, ¿a que sí? No sólo hablamos de épocas con banda sonora, también de que cada momento de tu día a día pide su propia canción. Porque no es lo mismo escuchar jazz de día que de noche o reggaeton en la discoteca o a las 8 de la mañana camino del trabajo. Tu estado de ánimo, la compañía, el lugar en el que estés escuchándola harán que te apetezca más un estilo que otro.
También existe una amplia gama de cervezas que puedes maridar a la perfección con cada momento de tu día a día. Y como nos encantan la música y la cerveza, nos hemos dado licencia para que se nos vaya esta entrada de las manos y vamos a intentar proponeros una variedad de cerveza para cada estilo de música, ¡a lo loco!:
Hay canciones que podrías escuchar mil veces seguidas. Siempre apetecen porque suenan a verano, amigos, risas y diversión. Como esa cerveza fresquita y rubia, del tipo Lager Pilsen, la que siempre apetece. Música y cerveza refrescantes y ligeras.
(“Funketon”, de Efecto Pasillo, una de las candidatas a “canción del verano”)
Pero la conversación empieza a ponerse interesante y a coger cuerpo, y la música que acompaña a ese momento ya no puede ser la misma. Porque a ti y a tus amigos os apetece más saborearla, comentarla, “¿has oído su último disco?” “¿en qué festival tocan?”. Como esa cerveza que quieres degustar cuando ya has calmado la sed, una lager especial o extra, con más matices y aromas, más intensas.
(“Little talks”, de Of Monsters and Men)
Y das con alguien que entiende de música. Y te habla de nuevos temas, de grupos que nunca habías escuchado y te enseña a descubrir en sus notas algo más que el postureo de conocer grupos que poca gente más conoce. Como en las cervezas, cuando la fermentación, la intensidad y las tonalidades van subiendo, y no se trata de conocer nombres o marcas, ¡sino de disfrutarla! Notas frutales para una cerveza bock o una ale… ¡marchando!
(“Little lion man”, uno de los temas más conocidos de Mumford and sons)
Porque para gustos: colores, sonidos y sabores. Y si a ti hay una música o una cerveza que te gusta, que nadie te venga con cuentos. Música dulce, sabrosa y seca, como la cerveza de abadía.
(“Across 110th Street”, de Bobby Womack)
Y para esos momentos intensos, en los que te apetece paladear música o cerveza con cuerpo, intensa, robusta. De esa que sabe a regaliz y dejan buen sabor de boca. Música y cerveza negra stout o de trigo para ocasiones especiales.
(“Ain´t got no”, de Nina Simone)
¿Qué música escuchas cuando conduces? ¿La radio? Esos cd´s con remixes que rescatas de tu guantera… ¡merecen un homenaje!. Cualquier música que escuches en el coche irá siempre al ritmo de los molinos de viento que ves mientras conduces ¿te habías fijado? Que sepas que después de haberlo leído no podrás dejar de fijarte. Música y cerveza versátiles. Para la carretera, y aquí no hay duda, la única variedad que armoniza a la perfección, es la sin.
(“Molinos de viento”, de Mägo de Oz)
Tanta música y cerveza como momentos para disfrutar.