Martes 13

Historia basada en hechos reales.

Son las cinco de la mañana y no he dormido nada. ¿De dónde saca las fuerzas el sol para salir por las mañanas? Me pregunto cómo lo hace, pero no encuentro respuesta. Me voy a duchar y… ¡el agua sale helada! ¿Qué está pasando hoy? La caldera se ha estropeado.

Así que paso de ducharme, seguro que un día no se nota. ¡Cómo quisiera poder vivir sin agua! Como he empezado con mal pie decido darme un capricho y desayunar en el bar cerca de la oficina que tanto me gusta. Llego a la puerta y veo un cartel. Por un momento mi mundo se desmorona, incluso siento que me mareo un poco. El local está cerrado y hay una nota que pone “Próxima apertura: Tienda de bolígrafos y clips”. Ese folio de la puerta tiene una mala noticia, y no fue de casualidad; un fondo de capital riesgo de clips de Brunei está comprando todos los locales de la ciudad. Y justo en ese momento, aunque no os lo creáis y penséis que estoy exagerando y que os estoy contando una película… empieza a llover. En ese momento pienso: “Bueno, por lo menos en la oficina tienen galletas y me puedo hacer un café. Sí, sé que no es como la tortilla de patata con la que he ido fantaseando de camino a la oficina, ¡pero tampoco está tan mal!”. Así que subo a la oficina con un hambre tremenda y sin saludar a nadie, directo a la cocina cuando… mi jefe: “Tenemos una reunión de grupo urgente.”

Durante la reunión no me entero de nada, todo son palabras, vacías, inconexas, polvo en el viento. Sólo pienso en un pincho y una cerveza, y en poder controlar el tiempo para que sea la hora de comer; o mejor, para terminar la jornada. Sé que lo que sentía por la tortilla de mi bar favorito no es amor, lo que yo siento se llama obsesión. Pero ahora tengo que volver a empezar otra vez más, y buscar un nuevo bar favorito con mis viejos amigos, y juntos volver a empezar.

Al terminar la reunión, me siento en mi ordenador y cuando veo la fecha todo cobra sentido: ¡Hoy es martes 13! En ese momento siento un escalofrío… con el día que llevo seguro que mi ordenador va a estallar, o algo peor. Pero todo lo contrario, en el chat de grupo de la oficina aparece un mensaje: “He descubierto un nuevo bar aquí al lado que hacen las mejores tortillas que he comido en mi vida. ¿Vamos a por una a la hora de la comida con una cañita?”

En ese momento me di cuenta: no importa lo mal que vaya un día, la mala suerte que tengas. Tus amigos siempre estarán ahí para ayudarte y animarte, incluso aunque parezca mentira. Y es que, los problemas en una mesa, con tus amigos, mientras coméis una tortilla y bebéis una cerveza, no son problemas. Yo, sentado ahora con ellos, sé que nos pueden dar las 10 y las 11; las 12, la 1, las 2 y las 3, que siempre estaremos juntos pasándolo genial. Pero de todas maneras, tocad madera.

El lugar de las sensaciones únicas

Cuántos momentos memorables se encuentran en un bar. Seguro que a lo largo de tu vida has vivido cientos de sensaciones increíbles en algún bar de tu ciudad, en alguna terraza de ese destino que elegiste para desconectar durante tus vacaciones de verano mientras disfrutabas de una cerveza fría…

Por eso, hoy queremos hacernos eco de los momentos más mágicos que  todos hemos vivido alguna vez en un bar. Haz memoria y lo más probable es que ya hayas vivido alguna de estas situaciones que te comentamos a continuación:

  • La cerveza del fin de la jornada laboral: Cuando después de una larga jornada laboral te fuiste con tus compañeros al bar de al lado de tu trabajo y desconectásteis brindando con unas cañas. ¡Todo esfuerzo tiene su recompensa!Cervecear con amigos
  • La cerveza futbolera: Cuando vas al bar con tus amigos de toda la vida a ver a tu equipo de fútbol y gana en el último momento. ¡Qué subidón!
  • La cerveza de la amistad verdadera: Cuando quedas con tu amigo de la infancia que llevas meses sin ver con la excusa de “tomamos unas cañas y nos ponemos al día” y parece que el tiempo no ha pasado entre vosotros.
  • La cerveza familiar: Cuando llega ese momento en el que quedar a tomar una cervecita con tus padres se convierte en un plan único y especial.
  • La cerveza del domingo: Cuando un domingo decides ir a dar una vuelta y terminas el recorrido en un bar disfrutando del día libre mientras tomas el aperitivo al sol.
  • La cerveza cultureta: Cuando decides aprovechar el día para ir a ver esa exposición que tanto has leído sobre ella y terminas tu plan en un bar cercano comentando cada uno de los cuadros que has visto como si fueses el mejor crítico de tu ciudad.
  • La cerveza universitaria: Cuando terminas la temporada de exámenes y quedáis toda la clase para celebrar que ya han acabado las jornadas intensivas de estudio. ¡Un brindis por esas notazas!
  • La cerveza cinéfila: Cuando vas a ver el último estreno al cine con tu pareja y cerráis la jornada compartiendo vuestro plato favorito maridado con una buena cerveza en un restaurante. Este momento de después, ¡nunca falla!


  • La cerveza veraniega: Cuando llegas a tu esperado destino de vacaciones y nada más dejar las maletas lo primero que haces es ir a la terracita con vistas del mar a disfrutar de esa sensación de tomarse una cerveza fría con la brisa del paseo marítimo.
    gafas cerveza
  • La cerveza del reencuentro: Cuando quedas con los amiguetes del cole después de unos cuantos años y lo pasáis en grande comentando lo mucho que habéis cambiado.

Y tú, ¿cuántos de estos momentos has vivido?

Por todas y cada una de las cervezas que nos han hecho vivir estas situaciones y por todas las que nos quedan por disfrutar en estos sitios únicos, los bares.

Motivos para cervecear

Brindis con cerveza

¿Hay que buscar excusas para ir de cañas? No es un plan que haya que justificar mucho, es el “must have” de los planes. Hoy hablaremos de algunos de los motivos que nos llevan a quedar con los amigos o la familia para tomar unas cervezas. Y decimos sólo algunos porque, como diría Joaquín Sabina, “Nos sobran los motivos”:

  • Porque hay que celebrar el fin de exámenes, ¿de la carrera?, ¡el fin de una entrega de proyecto! ¡o que alguien ha aprobado el carnet!
  • Porque hace mucho tiempo que no nos vemos y ya va siendo hora
  • Porque me han dejado/le han dejado. Y hay que juntarse para contarlo y dar consejos que no sirven para nada porque ni se escuchan
  • Porque hay que quedar para animarle, que me han dicho que desde que le dejó no levanta cabeza
  • Porque las recuperaciones a veces no son largas y hay que salir a conocer gente
  • Porque os tengo que presentar a alguien que he conocido…
  • Porque hoy hay fútbol
  • Porque me han hablado muy bien de ese bar
  • Porque acabamos de hacer deporte y hay que rehidratarse
  • Porque sí
  • Afterwork: “¿unas cañas?”
  • Afterchurch: es el plan oficial al salir de misa. Eso es así.
  • ¡Porque he leído que la cerveza es buenísima para la salud!
  • Porque tenemos que quedar para comentar la noche de ayer. Que madre mía.
  • Porque hoy es San Ceferino, y eso hay que celebrarlo
  • Porque hoy es fiesta en el Reino Unido (excepto en Escocia)
  • Porque hay que acompañar en el sentimiento a Escocia, que hoy no tienen fiesta
  • Porque me apetece veros, y contaros, y reírnos
  • Porque te has encontrado con alguien y hablar de pie en mitad de la acera es de muy mala educación
  • Porque te han ascendido de becario a persona
  • Porque te han ascendido de persona a persona con sueldo dign
  • Porque soy un bohemio y dónde mejor que en el bar para inspirarme para mi guión compartiendo una cervecita con personas que me inspiren
  • Porque has quedado con “alguien” y antes necesitas unas cañas con tus amigos para comentar “la táctica”
  • Porque no hay mejor plan para proponer a “alguien” que: ¿unas cañas?
  • “¡Me apuesto una caña a que no te atreves!”. Porque las deudas hay que saldarlas
  • Porque dónde íbamos a estar mejor y en mejor compañía

Asequible, divertido, muy nuestro, muy mediterráneo. Quedar para unas cañas es siempre el plan perfecto, y cualquier motivo es más que válido. ¿Cerveceamos?