El lúpulo: de los campos españoles a tu bar preferido en forma de cerveza

Malta de cebada, lúpulo y agua, estos son los tres ingredientes naturales a partir de los cuales se elabora la cerveza. Una bebida que podríamos denominar como “la bebida de la cultura mediterránea”. Ya que además de ser un elemento clave en nuestra forma de socialización también los es por el origen de sus ingredientes. Prácticamente el 90% de los ingredientes que se utilizan para la elaboración de la cerveza se cultivan por completo en España.

Por eso con este post viajamos a los campos de la España rural para conocer uno de sus ingredientes naturales: el lúpulo.

Castilla y León, la casa de nuestro “oro verde”

Antes de hablar del origen del lúpulo tienes que saber qué es. Pues bien, el lúpulo es la planta que confiere ese sabor amargo a la cerveza, además de su característico aroma. Es decir, es un ingrediente importantísimo que para cultivarse requiere humedad y sol. Por eso, España es uno de los países más idóneos para que se produzcan estos ingredientes naturales.

Se cultiva lúpulo de forma relevante para el sector cervecero en Castilla y León (más del 90% del total) y el resto repartido por Galicia, Cataluña, La Rioja, Navarra, País Vasco y Andalucía. En total, unas 580 hectáreas cultivadas, según las cifras de 2022.

El lúpulo es para los más de 10.000 habitantes que viven en las más de 30 localidades en las que se cultiva, uno de los principales indicadores que condicionan su desarrollo social y económico. El campo español y los agricultores son el primer eslabón en la cadena de valor que hay detrás de cada cerveza. Además, como dato curioso: España es el quinto productor de lúpulo de la UE.

Y para conocer qué ocurre con el lúpulo desde el campo hasta tu bar, tenemos que desplazamos a las instalaciones de Hopsteiner, principal empresa comercializadora de esta planta en nuestro país, en Villanueva del Carrizo (León), y en sus campos adyacentes, que están a plena flor y se recogen entre finales de agosto y principios de septiembre.

Allí somos testigos de la gran labor que desempeñan los trabajadores del campo, cuyos empleos directos e indirectos ascienden a miles de profesionales, y suponen para las compañías cerveceras el sector con mayor peso, el agrícola.

Del campo a la barra del bar

Las flores de lúpulo contienen en su interior una resina de color amarillento llamada lupulina con un gran contenido de ácidos alfa y beta, componentes que dan el sabor amargo a la cerveza, contribuyen a la formación de espuma y ayudan a su conservación.

La lupulina contiene además más de 250 aceites esenciales que aportan aroma y sabor a la cerveza y taninos que contribuyen esencialmente a su conservación.

* Como curiosidad: el lúpulo alcanza el óptimo de producción el tercer año de cultivo. Desgraciadamente, no tenemos una máquina del tiempo, así que dejamos estos brotes crecer y madurar tranquilos con la esperanza de bebernos la cerveza resultante en unos meses, cuando se mezcle con la malta de cebada molida, el agua y se produzca finalmente la fermentación.

Para acabar, nos vamos a una comida con maridaje, porque el saber no ocupa lugar y si es para aprender sobre la cerveza y sus múltiples combinaciones culinarias menos.

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Aprender a disfrutar.

La falta de tiempo, el tener que ir corriendo a todos lados, las tareas del hogar, las largas jornadas laborales…

Estos son algunos de los ejemplos que nos impiden poder disfrutar de las pequeñas cosas, esas que parecen insignificantes por su sencillez, pero que en realidad son las que dan sentido a la vida: una charla interminable en el bar de siempre, esos ataques de risa inesperados y, sobre todo, ese primer sorbo de cerveza fría en un caluroso día verano.

Como todavía queda “un poco” para poder dar ese trago de cerveza veraniega, traemos una serie de ejemplos con los que aprender a disfrutar de lo natural a través de los sentidos. Porque no hace falta esperar a tener un día de desconexión total para disfrutar de todo lo que te rodea, y si no te lo crees, sigue leyendo.

Guía para disfrutar de lo natural

Existen múltiples maneras para disfrutar de lo natural, pero aquí puedes aprender a disfrutar tomando como referencia los cinco sentidos. ¿Cómo? Lee los ejemplos que te mostramos a continuación, céntrate en cómo aplicarlo a tu modo de vida y disfruta de ese momento al 100%, desde la naturalidad y, sobre todo, en cualquier momento del año:

  • Disfruta a través del oído: gracias al conjunto de órganos que forman el oído podemos percibir el sonido. Algo evidente. Pero en muchas ocasiones se nos olvida que, a través del sonido, podemos sentir emociones únicas que nos ayudan a disfrutar de algo tan sencillo y natural como el trinar de los pájaros del parque.

Pero también podemos disfrutar a través del sonido poniendo a todo volumen esa canción que cada vez que escuchas, te trae tan buenos recuerdos, o incluso aprovechar los trayectos en metro para sumergirte en una interesante historia a través de un audiolibro. Seguro que leyendo esto ahora se te ocurren otras formas de disfrutar a través del sonido. ¡Ponlo en práctica!

  • Disfruta a través de la vista: con este sentido encargado de captar la luz podemos disfrutar de algo tan sencillo -y que damos por sentado-, como es ver. ¿Se te había ocurrido aprovechar el paseo de tu día a día para disfrutar de la belleza cotidiana? Esa flor que nace entre medias de unas baldosas, el juego de luces entre unos árboles producido por el efecto albedo o incluso esos arcoíris que aparecen tras la tormenta.
  • Disfruta a través del gusto: puede que este sea el sentido favorito de muchos ya que gracias a las papilas gustativas que encontramos en la lengua, podemos saborear una infinidad de alimentos. Y estando en un blog denominado “Cervecear” tenemos muchas propuestas para que aprendas a disfrutar a través de la cerveza y el gusto.

La cerveza está elaborada a partir de tres ingredientes naturales: agua, lúpulo y malta de cebada. Tres elementos diferenciadores que aportan grandes matices de sabor al resultado final de la cerveza según el tipo de ingrediente utilizado. Por eso, la próxima vez que saborees una cerveza te animamos a que disfrutes explorando en los matices que estos ingredientes aportan a esa variedad concreta de cerveza.

  • Disfruta a través del olfato: este sentido está muy vinculado al gusto, ya que gracias a que se produce la transmisión de información al cerebro la sobre los olores podemos disfrutar también de los aromas de los alimentos.

En este sentido -y nunca mejor dicho-, los ingredientes que acompañan a una cerveza también aportan matices sensoriales únicos a la experiencia gastronómica de una cerveza maridada. Así pues, cuando vuelvas a disfrutar del momento de “tomarte una cerveza” cierra los ojos y déjate guiar por los aromas y por cómo se potencian al mezclarlo con otra comida. Una vez terminado ese trago, compara sensaciones con tu acompañante.

  • Disfruta a través del tacto: calor, frío, cosquilleo…la piel es el órgano más grande de todos y es capaz de transmitir una gran cantidad información al cerebro. ¿Cómo no aprovechar este sentido para aprender a disfrutar?

El agua de la ducha cayendo por tu cuerpo tras un día de trabajo, el roce de ese jersey tan suave…

Ahora que ya tienes una gran variedad de ejemplos con los que aprender a disfrutar solo toca ponerlos en práctica.