Curso nuevo, retos nuevos

“Año nuevo, vida nueva” es un dicho que no se adapta a la realidad porque todos sabemos que el año nuevo comienza en septiembre con el fin de las vacaciones y de la buena vida de estar de aquí para allá, y no en enero después de comer las uvas. La llegada del otoño conlleva ponerse en serio con todas las tareas para lograr, de una vez por todas, cumplir los retos que llevan años en la cabeza. Así que coge un boli, abre el bloc de notas y empieza a numerar los propósitos del nuevo curso.

Reconoce que la felicidad estival, aparte de dejar un cutis fino, brillante y moreno, también ha dejado algún kilo de más. Deja de hacerte el “longuis” cada vez que pasas por delante del gimnasio y apúntate, conocerás a gente y podrás descargar energía en las clases de zumba o spinning, o tonificar en las de body pump. Si echas de menos sentirte como pez en el agua, la natación es tu deporte. En cambio, si estás pensando en unirte al running y ya te has comprado las zapatillas último modelo y las mallas pero te da pereza salir solo, no lo dudes y busca al grupo Beer Runners de tu ciudad. Saldrás a correr en grupo, te divertirás y, al llegar a la línea de meta, tendrás la merecida recompensa: una cerveza en un bar.

Los idiomas, el reto por excelencia para los españoles. Hablar a la perfección y dejar de chapurrear el inglés y el francés o aprender un nuevo idioma es el objetivo del curso que acaba de empezar. “No puedo”, “está muy lejos”, “estoy muy cansado”, “está lloviendo” o “me duele el pie” son excusas para no ponerse las pilas y apuntarse a las clases. Academias, universidades, escuelas de idiomas y profesores organizan clases con total flexibilidad de horarios para que tengas todas las facilidades del mundo. Además, tienes la posibilidad de unirte a los tándems que se organizan en los bares para aprender un idioma con gente nativa mientras disfrutas de una cerveza en tu bar favorito. Y lo mejor de todo, puedes hacer una escapada a mitad de año para perfeccionar la lengua, sumergirte en la cultura y saborear la gastronomía del país.

Atreverse a hacer puenting, convertir en negocio la idea que ronda tu cabeza hace años, ir a vivir al extranjero, viajar con una mochila por toda Europa, colaborar con la ONG que siempre has querido o comprar el billete para visitar a los amigos que viven en Londres. Este es el momento para dejar los “peros” y los “y si”, y atreverse a hacer realidad los proyectos. Y como no, el reto que cumples a rajatabla cada año y que sí debe de continuar: ir de cañas con los amigos una vez a la semana para compartir los mejores momentos del día.