La cuesta de enero, ¿pero qué es eso? A ver, que te sientas un poco tristón y levantarte por la mañana sea un suplicio es obvio, para que mentir. Pero no hay que alargar esa sensación más allá de los tres días que ha durado esta semana. Así que sacúdete el negativismo para empezar el 2015 con fuerza y aprovechar todas las oportunidades que ofrece y, sobre todo, ofrecerá.

Para empezar, si en diciembre la vuelta a casa por Navidad es lo más esperado, en enero lo mejor es el reencuentro con los amigos y los compañeros de trabajo. Eres consciente de que la tía lejana de Mordor ha dado mucho juego en todas las familias y que ella y nadie más que ella va a ser la estrella de las anécdotas que vais a compartir. Y esto ¿qué significa? Que retomarás las cañas por el barrio, es decir, retomarás el mejor momento de la semana: risas, amigos y cervezas.

Las rebajas es otro de los momentos que da enero y que nunca se deben dejar pasar. Antes de salir de casa equípate con rodilleras, casco y chaleco anticodazos. Advertido quedas. Los centros comerciales y las tiendas se han convertido en la nueva selva. Tendréis que lidiar con fieras vestidas con abrigos de piel entrenadas para rugir y empujar si encuentran la presa textil que estaban buscando. Pero bueno, como la ley del más fuerte solo se instaura en las tiendas dos veces al año, vale la pena arriesgarse y conseguir el abrigo que deseabas desde que comenzó la temporada y que ahora está al 50%. Además, como nadie te ve, es el momento perfecto para cambiar el pijama de terciopelo naranja fosforito del Pato Donald que te regaló ¿quién? Efectivamente, la tía mordoriana. Tus compañeros de piso y tu pareja lo agradecerán.

Y por qué no, enero es el primer mes del año y estas semanas son idóneas para empezar con los nuevos propósitos. Dicen que si consigues ir al gimnasio, estudiar inglés, hacer la cama y regar las plantas durante 21 días tendrás más probabilidades de llevar a cabo tus objetivos durante todo el año. Sé fuerte y no decaigas, ¡tú puedes!

2015 ha llegado para quedarse y no hay cuesta ni de enero, ni de febrero, ni de mayo que te impida comerte el año y hacerlo siempre en la mejor compañía y en tus bares de siempre.