¡Un amigo con piscina, por favor!
El verano y las vacaciones, sin lugar a dudas, sacan a relucir nuestra mejor versión. Parece que el sol, el calor y el tiempo libre nos convierten en personas más alegres, divertidas, generosas.
Pero para que engañarnos: en algunos casos también despierta nuestra versión más interesada. Con el mes de julio, llega la temporada de “caza”… de amigos con piscina.
Este hecho seguramente se acrecentará si vives en grandes ciudades lejos de la costa. A falta de playa, necesitarás recurrir a amigos con piscina privadas. Seguramente habrás experimentado esta situación desde un extremo u otro: como el amigo afortunado (y envidiado) por contar con una piscina propia a su disposición durante todos los meses de verano que tiene que soportar como, de repente, su lista de amigos crece exponencialmente… o como el amigo acaparador que busca en las piscinas ajenas su particular manantial con el que afrontar las altas temperaturas estivales.
Deberás ser cuidadoso si te encuentras en esta última tesitura. Para empezar, actúa con sutileza, ya que si apareces de buenas a primeras en pleno mes de julio después de meses sin hablar con tu amigo, te informamos: se te va a ver el plumero. La misión “Piscinas en verano” empieza en abril/mayo, donde deberás hacer gala de tus mejores dotes sociales llamándole a menudo, invitándole a un par de cervezas y en cierto modo, haciéndole creer que te interesa algo más que su sublime piscina. Porque entendemos que es así, ¿no?
Si la “Operación Piscina” comienza bien entrado el verano… ¡al menos cúrratelo! Inventa una buena excusa que explique tu ausencia durante el largo y frío invierno y preséntate en su casa con cervezas y algo de picar. Probablemente tu amigo de la piscina será quien ahora se aproveche de ti y de tu “manantial” de tapas y aperitivos. ¡Si al final ganamos todos!
No obstante, en Cervecear siempre apostamos por la amistad. No hay nada mejor que disfrutar de una buena tarde de piscina, acompañado de buenos (y desinteresados) amigos con los que compartir un par de cervezas y una barbacoa, por ejemplo. El camino se hace al andar, y tras el verano, te auguramos un divertido invierno en compañía de tu amigo de la piscina. Porque el calor en verano, y con una piscina de por medio, está muy bien. Pero no lo olvides: como decía la canción, “no hay como el calor de la amistad en un bar”.
Porque era así, ¿no?