Las vacaciones hay que tomárselas de forma litoral

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Esta es la primera ruta que haréis, la que os lleva directamente a vuestro destino: las vacaciones. Muchos sois los afortunados que en la segunda quincena de julio desconectáis el ordenador y, desde el momento en que salís por la puerta de la oficina, encendéis automáticamente la sonrisa y veis la vida de otro color.

Creéroslo porque, después de desear durante meses y, en los últimos días, durante cada segundo, las jornadas de descanso y sol, por fin están aquí. Y sí, como cada año, a más de uno le ha pillado el toro (y no hablamos de los San Fermines) pensando más en su llegada que planeando su disfrute. Así que abrid la maleta, meted la toalla, el bañador y la crema solar porque os proponemos 5 destinos para tumbaros a la bartola, divertiros y cervecear.

¿Para qué pasar 10 horas en un avión cuando en España tienes playas paradisíacas? En el noroeste de la península está la Costa Brava, territorio que esconde calas pequeñas y tranquilas, de aguas cristalinas y arena fina. Rodeada de montañas, Aiguablava es una de las playas perfectas donde disfrutar de nuestras vacaciones. Desde allí podréis visitar los pueblos de la zona y probar lo mejor de la gastronomía gerundense con una cerveza lager mientras sentimos la brisa en nuestro cuerpo.

Nos quedamos en el mediterráneo
Foto de iculist

Seguimos en el Mediterráneo porque, sea la época del año que sea, siempre es una buena opción para alejarse de la rutina. Y Altea, por tener playa y paella, es una de nuestras ciudades preferidas. Si vuestra elección es el municipio valenciano, en él podreís plantar la sombrilla a lo largo de sus 8 km de playas. No podéis terminar vuestra estancia sin probar la ‘Paella amb aladroc’, plato típico de la ciudad, que marida a la perfección con una cerveza especial, algo más tostada (igual que estaréis vosotros).

Si bajamos por el Levante llegamos a la Comarca de la Luz y, concretamente, a uno de los pueblos costeros con las playas más geniales: Tarifa. Después de pelearos con el viento, las mareas, la tabla de surf y la propia torpeza, y haber conseguido manteneros tres segundos en pie, es hora de relajarse, recuperarse del esfuerzo con unas cañas y echarse unas risas con los amigos recordando los intentos fallidos de convertirse en los reyes de las olas. Para este momento, la cerveza extra va que ni pintada.

En el mar Cantábrico, os espera la preciosa playa de Gulpiyuri en Asturias. Declarada Monumento Natural, la pequeña playa está rodeada de rocas y acantilados perfectos para desconectar. Cuando el agua os haya convertido en una pasa, es hora de ponerse al volante y trasladarse a Llanes, un lugar para terminar el día con un homenaje: una buena mariscada. Y un brindis con una cerveza de abadía es una buena forma de celebrar los días que nos quedan por delante.

Si sois de los afortunados que viajarán al archipiélago canario, La playa del Inglés es una apuesta segura. Considerada como una de las mejores de La Gomera, sus arenas negras de origen volcánico os sorprenderán. Y aunque suene obvio, después de un día disfrutando del atlántico, para ir conjuntados con el paisaje, que mejor que una cerveza negra para terminar el día de la forma más dulce.

Y para los que el lunes vuelven a entrar por la puerta de la oficina a las siete en punto, decirles que las penas con cañas son menos penas, así que después de las ocho horas de trabajo reglamentarias, poneos las gafas de sol, salid a la calle, id a vuestro terraza preferida y pedid al camarero una cerveza, por favor.

 

Imagen de Leo Hidalgo (@yompyz)