Levantarse y acabar el día con la sonrisa puesta, la receta de la felicidad.

Dicen que sonreír tiene un efecto positivo sobre las personas. No solo sobre uno mismo, sino también hacia las personas que nos rodean. Cuando sonreímos porque algo nos pone contentos, es obvio que lo estamos (nuestro cerebro es el que da la orden a nuestra cara de que sonría). Sin embargo, también existe el camino inverso, es decir, aunque no estemos especialmente felices, si sonreímos, nuestro cerebro también recibe esa información y nuestro estado emocional evoluciona hacia el optimismo. Es una cuestión de coherencia J.

También nuestro entorno se beneficia de nuestras sonrisas. Si los bostezos son contagiosos, las sonrisas lo son aún más. Cuando vemos a alguien que siempre sonríe, nos trasmite positividad y cercanía, y por supuesto, le devolvemos la sonrisa, aunque no le conozcamos de nada. Así que al sonreír creamos un halo de buen rollo a nuestro alrededor que se contagia y nos beneficia a todos.

Y si llevamos nuestras sonrisas al entorno laboral, no cabe duda de que nuestro estado de bienestar provocará reacciones positivas. Durante el II Think Tank de RRHH: Empresas Felices de Womenalia, primera red social mundial de networking para mujeres profesionales, realizado recientemente, se concluyó precisamente esto, que si estamos a gusto acabaremos dando lo mejor de nosotros mismos, desarrollaremos mejores habilidades y se fomentará una actitud positiva en el resto del equipo.

Aunque tengamos largas jornadas laborales realizando tareas complejas o tediosas, o cuando se trabaja bajo altos niveles de estrés, una sonrisa en el momento oportuno puede resolver conflictos, ayudar a cerrar nuevos negocios y mantener un ambiente de trabajo positivo.

Nosotros no podemos estar más de acuerdo con todo esto. Por eso, os animamos a afrontar los días al más puro estilo “Tequila” y levantaros cada día con la sonrisa puesta. Y si a última hora, acabáis con los compañeros del trabajo, los amigos de siempre o la familia tomando una cerveza con tapa en cualquier bar, la sonrisa está más que garantizada.

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