Si de algo está hecha la Navidad es de ilusión, y si va acompañada de un dinerito extra pues no se puede pedir nada más (aunque sea recuperar lo jugado). Vaya por delante que las probabilidades de que te toque la lotería en Navidad son pocas, muy muy pocas, os avisamos desde ya porque luego no queremos quejas. Si aun así eres de los atrevidos que ya tiene su boleto y que va a jugar si o sí, te damos algunas recomendaciones para mantener la suerte de tu lado.

Podemos empezar por los clásicos: los amuletos. Un trébol de cuatro hojas, una pata de conejo o una herradura son solo algunas de cosas que los más supersticiosos siempre llevan consigo. A primera vista no se sabe muy bien qué vinculación pueden tener con la buena fortuna, pero oye, tú por si acaso lleva algo de esto encima que nunca se sabe.

Si prefieres no llevar los bolsillos a rebosar, puedes hacerte fan de algunos de los rituales más curiosos que dicen atraer la suerte. Huye de los gatos negros, ni se te ocurra pasar por debajo de una escalera, y si la situación es muy desesperada: pisa una caca de perro. La verdad que no sabemos a quién se le ocurriría que esto da suerte, tu hazlo y ya nos cuentas…

Otros son más clásicos en sus costumbres y van siempre al mismo lugar a comprar sus décimos, ¡cómo si la lotería fuera un premio a la constancia! Puede que no sea la mejor opción si eres una persona poco paciente, dado que este tipo de sitios tienen colas meses antes del gran día.

En definitiva, amig@s, que soñar es gratis, y que si no nos toca nada pues al menos tendremos la ilusión de pensar que si algún día cae, podrás convertirte en el héroe que invitó a todos sus colegas a una ronda de cañas y tapas sin dejar su cuenta tiritando. Es más, todavía tendrías que seguir dedicando tiempo a pensar en qué te gastarías toooodo lo que te queda. ¡Qué todos los problemas fueran esos!

No hace falta decir que si te toca no te libras de invitarnos a esas cañas…

¡Mucha suerte a tod@s!