Si bebes cerveza en vaso de tubo, no molas

Os hemos hablado en anteriores ocasiones de la importancia que hay que darle al servicio perfecto de la cerveza: temperatura, conservación, armonías… Uno de los aspectos a los que más importancia damos es al recipiente en que se sirve, y sois muchos los que nos habéis pedido explicaciones de nuestro rotundo no a la cerveza servida en vaso de tubo.

Los porqués del NO al vaso de tubo:

1. Porque tienes nariz. Y cuando inclinas el vaso para beber, la nariz queda fuera. No hueles, y no sabe igual. Otros dan en llamarle la pérdida a través del sentido olfativo de las propiedades organolépticas en el momento de la ingesta. Viene a ser lo mismo.

2. Porque tienes nariz II (el retorno). Y cuando se te está acabando la cerveza el borde opuesto a aquel por el que estás bebiendo tropieza con ella. Esto es así. Y puede llegar a crear complejos, ¡o peor! Te puede llevar a forzar unos morritos dignos de una adolescente recién llegada a Tuenti. Ya está, tienes nariz, asúmelo. Y puestos a elegir entre tu nariz y la posibilidad de cambiar de vaso, te recomendamos encarecidamente la opción b.

3. Porque emites calor (esperamos. Si no lo haces, tenemos un problema). Y el calor de tu mano al agarrar el vaso hace efecto estufita con la cerveza. Otros dan en llamarle aumento de la temperatura idónea tras el servicio por efecto de la transferencia de calor por conducción. Pues eso, que calientas la cerveza.

4. Porque resbala. La superficie es cilíndrica, alargada y lisa. Nada ergonómica. Y el coeficiente de rozamiento del cristal no llega al 0,3 (Wikipedia, te debo una) ¡Resbala! Y luego te viene el listo de turno y te dice que el truco es dejar el meñique por debajo del vaso para que no se caiga. ¿Pero qué necesidad? ¿Qué necesidad? Es como tomar sopa en plato plano o servirte un filete en un cuenco. ¡No te dejes engañar!

5. Ojo al dato que viene un argumento de autoridad. Porque lo dicen Chicote y J. C. Capel. ¡Retuitearon nuestra campaña en su twitter! Y, como todos sabéis, si retuiteas algo es porque te ha llegado profundamente a la patata (que para algo son gurús de la gastronomía).

pirámide de maslow cervecera

6. Porque no mola. El vaso de tubo no mola. Y punto. Podríamos darte 1.000 motivos más: que la cerveza en el momento de ser servida no rompe igual, que la espuma no puede mantener los aromas y el sabor, que entorpece la oxigenación del líquido y el desarrollo del carbónico… pero este motivo gana a todos: no mola. Somos seres sociales y el reconocimiento forma parte de nuestro anhelo diario. Y si vas por la vida bebiendo cerveza en vaso de tubo tus cogéneres pensarán que no tienes nariz, que no emites calor, que tomas sopa en plato plano o, en general, que no molas. En tu mano está evitarlo.

Y hasta aquí nuestra sesuda reflexión de hoy. Esperamos haberos convencido y confiamos en que estas herramientas os sean útiles cuando tengáis que defender en un bar que no os sirvan la cerveza en vaso de tubo. Os recomendamos un firme: NO MOLAS. Aprovechamos para agradecer vuestros comentarios y dudas, ¡nos encanta estar en contacto con vosotros! Al fin y al cabo, hay algo muy grande que nos une… la pasión por la cerveza, siempre perfecta