Junio ya está aquí, y con él las escapadas exprés y las piscinas naturales
Junio, el pistoletazo de salida de las vacaciones de verano ¿recordáis aquellos años de estudiante cuando el verano duraba tres largos meses? Junio significaba el comienzo de un verano infinito y tu mayor preocupación era qué hacer con todo ese tiempo libre, aquellos años en los que no parabas quieto y te faltaban horas en el día ¿los recuerdas?. Qué tiempos ¿verdad?
Ahora parece que hemos sustituido esos largos meses de verano estudiantil por escapadas de fin de semana a lugares cercanos, casas rurales o viajes exprés en los que pasar más tiempo en el coche o en el avión que en la ciudad de destino. Pero al final, merece la pena. Porque estas escapadas siempre se cogen con más ganas y, a veces, hasta se disfrutan más que las largas semanas de vacaciones por su carácter efímero e intenso. Porque sí, todos estamos deseando olvidar la contraseña del ordenador de la oficina durante unas semanas, pero mientras llega ese momento, ¿por qué no disfrutar del verano, las horas de sol y los intensos fines de semana al máximo? Hagamos la espera más amena.
Con el objetivo de ofreceros una alternativa a los que echáis de menos el mar, los chiringuitos, las cervecitas después de un chapuzón o a los que tenéis el mar a escasos kilómetros (incluso metros) y os apetece hacer un plan diferente, hemos realizado una intensa labor de investigación para encontrar una alternativa a la altura de vuestras expectativas y creemos haberla encontrado: las piscinas naturales. Espacios mágicos que nos ofrecen una vía de escape de la rutina a escasos kilómetros de la ciudad. Allí puedes disfrutar del tan esperado primer baño del verano, practicar deportes acuáticos como buceo, vela o windsurf, hacer senderismo o simplemente ir a pasar el día a las cascadas con amigos y ver anochecer en el bar o chiringuito, disfrutando de una cerveza bien fría.
Si bien, además de las excepcionales playas que tenemos en España, nuestra geografía también nos ofrece pequeños rincones naturales como Gulpiyuri, una pequeña playa situada en Llanes; las Fuentes de Algar en Alicante, Montanejos, en la comarca del Alto Mijares en Castellón; La Fontcalda en Tarragona; el Salto del Usero en Murcia. También en las Islas podemos disfrutar de estos espacios únicos como El Charco Azul en la isla de El Hierro, Los Charcones en Lanzarote, o El Caletón en Tenerife.
Según nos vamos adentrando en la península, el sonido del mar se va disipando y en tu mente comienza a sonar, inevitablemente, la banda sonora que acompaña al verano madrileño (y al de toda la zona centro) desde hace 30 años… ‘vaya, vaya, aquí no hay playa, vaya, vaya…’
Porque sí, aunque la mítica banda se refiriera a Madrid, este casi-himno se ha extendido a toda la zona centro y sí, es verdad, no hay playa, nos pongamos como nos pongamos. Pero la naturaleza es sabia y ha sabido recompensarnos con unas piscinas y termas naturales increíbles. En Madrid, por ejemplo, encontramos Las Presillas en Rascafría y el Pantano de San Juan. En Castilla La Mancha, a 80 km de Cuenca, están Las Chorreras, y entre las provincias de Albacete y Ciudad Real se encuentran las Lagunas de Ruidera. En Castilla y León, podemos escaparnos a las Arenas de San Pedro en Ávila, o al Lago de Sanabria en Zamora. Por último en Cáceres se encuentra una de las piscinas naturales más conocidas: La Garganta los Infiernos, situada en el Valle del Jerte.
Nosotros ya hemos planeado una ruta para conocer todos estos rincones y brindar por vosotros en cada uno de ellos con una cervecita mientras disfrutamos del sol y el paisaje, ¿os unís?