Septiembre es un mes de comienzos. Las cervezas con los amigos a la orilla del mar ya quedan lejos, el verano llega a su fin y toca volver a la rutina. Pero ¿por qué volver a la rutina tiene que verse como algo negativo? En este artículo de Cervecear nos hemos propuesto darte algunos consejos para que se te haga menos cuesta arriba. ¡Comenzamos!

1. ¡Levántate con una sonrisa!

Dicen que la vida es un 10% lo que te pasa y un 90% como te lo tomas. Y nosotros no podemos estar más de acuerdo. Porque sí, la actitud lo es todo. Por eso te animamos a tener una mentalidad positiva y apreciar las pequeñas cosas.

2. Escoge tu canción favorita y motívate

Sí, lo reconocemos. Somos de esos que no pueden vivir sin música y para la vuelta a la rutina siempre sacamos la artillería pesada. Tu canción favorita a todo volumen y tú bailando en el salón antes de marcharte a trabajar, amenizándote el viaje en coche o en metro y sobre todo sacándote una sonrisa. Nosotros ya estamos bailando y cantando.

3. Tómate una cerveza con tus compañeros al terminar tu jornada

Y esta es una de las mejores cosas que tiene volver de vacaciones: el reencuentro con los compañeros de trabajo. La vuelta a esas cañas con esas patatitas fritas que arreglan el mundo y que en esta ocasión concreta os permitirá compartir fotos y recuerdos del verano y por qué no, ideas para próximas vacaciones.

4. Date un capricho

Llevas tiempo detrás de ese libro y nunca te decides a comprarlo. O esa camiseta que siempre acabas descartando pero que necesitas en tu armario. El momento ha llegado. Darse un capricho te ayudará a motivarte.

5. Prepara una cena con amigos y marídala con cerveza

Recibir a gente querida en casa siempre es un gusto, y más si llevas tiempo sin verles por las vacaciones de verano. Con la llegada de septiembre es el momento de cuadrar agendas y organizar algo para poneros al día y disfrutar de una rica comida acompañada de lo que más nos gusta: cerveza.

6. Apúntate a algo

El momento ha llegado. Septiembre es el mes de los retos. Como enero, pero no hace tanto frío, por lo que algunos propósitos serán más fáciles de cumplir. Por ejemplo, si llevas tiempo queriendo empezar a correr puede que sea un buen momento. Las opciones son infinitas y los límites los pones tú mismo.